Texto subrayado 4to A y B
Chicos, aca les dejo texto subrayado.-
El teatro isabelino abarcó desde
fines del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII. Tuvo especial importancia en
su desarrollo la reina Isabel I, quien tuvo gran relevancia en la
historia europea de esos siglos. Isabel asumió el trono a finales del año 1558,
en un país débil y venido abajo: Inglaterra tenía escasa población, era mal
vista en el exterior y sufría graves problemas internos. Sin embargo, a pesar
de todas estas dificultades, Isabel consiguió numerosos logros en su reinado.
Llevó a Inglaterra a ser conocida como una gran potencia, consolidando el poder
de la Monarquía, el poder en el interior del país, y, a su vez, desarrollando
una política exterior más ambiciosa, que permitió un gran conocimiento
económico que conllevó a la prosperidad del reino y de los sectores de
la población más bajos. Dentro de todo este marco, en Inglaterra hubo un
importante desarrollo cultural, que se manifestó en la gran cantidad de autores
dramáticos, músicos, poetas y pensadores que surgieron. Dentro de todos ellos va a resaltar William
Shakespeare. Otros autores que se destacaron en esta época fueron Lyly,
Christopher Marlowe y Ben Johnson.
En esta época, Inglaterra se
caracteriza por la coexistencia de las costumbres populares y el
perfeccionamiento de la cultura. Los famososgentlemansaben componer un soneto o
una elegíay a su vez manejar las armas. Pero lo que más destaca de esta época
es el hecho de que las clases más humildes, como ser los comerciantes,
artesanos y hasta los campesinos, están al alcance de los libros, pueden
acceder a ellos y los compran y estudian. Aquí se ve cómo en el reinado de la
reina Isabel I la instrucción se expandió: cada vez más personas podían acceder
a la cultura, es decir, a los libros.
El gran desarrollo cultural que
se dio en Inglaterra tuvo su mayor expresión en la difusión y expansión de los
teatros populares, y el altísimo nivel de producción dramática. Anteriormente,
el teatro era un espectáculo popular. Las obras eran representadas en los
patios de las posadas. Pero estos lugares no eran muy adecuados, ya que
el movimiento y la actividad de la posada dificultaban la representación, y, a
su vez, en las reuniones multitudinarias había una mayor posibilidad de
contraer la peste, enfermedad que era muy frecuente. Debido a todas estas
desventajas, surgió una legislación para regular la actividad teatral, y se
tornó complicado conseguir una licencia para poder hacer representaciones
teatrales. Todo esto fue el punto
de partida para que se construyeran edificios destinados exclusivamente a las
representaciones, esto es, el teatro. Estas construcciones eran más salubres,
por lo que ya no se temía el contagio de la peste. A su vez, esto llevó a que
el actor, que hasta ese entonces no tenía una profesión propiamente dicha, la
tuviera.
El primer teatro, denominado
simplemente TheTheatre, se construyó en 1576. Más adelante se construyeron
otros: TheCurtain, The Rose, TheSwan y TheGlobe. Este último, construido en
1599 y ubicado, como el resto, fuera de la ciudad, para evitar problemas con el
Ayuntamiento de Londres, era el más famoso de todos, y fue el preferido de la
compañía de la que formó parte William Shakespeare.
Todos estos teatros fueron
construidos siguiendo el modelo de los patios de las posadas. Ninguno se
conserva en su estado primitivo, pero existe la posibilidad de conocer con
cierta aproximación su forma, gracias a algunas referencias de la época. Eran
recintos de forma hexagonal u octogonal con un escenario medianamente cubierto
que se internaba un poco hacia el centro de un arenal al aire libre circundado
por dos o tres pisos de galerías. Este escenario tenía una parte trasera, que
se usaba como camarines, y otra sección, llamada ‘entre cajas’ para la entrada
y salida de actores. Estaba rodeado por dos o tres pisos de galerías; en el
segundo piso se llevabas acabo algunas escenas simultáneas. La plataforma
constaba de dos niveles, uno a poco más de un metro respecto a la arena,
techado y sujeto por columnas, y otro un poco más alto con un tejado en el que
se ocultaba el aparato necesario para manejar la tramoya y maniobrar la puesta
en escena. Podía llevar una bandera e incluso simular una torre.
Estos teatros tenían un aforo
muy respetable. Se ha calculado, por ejemplo, que TheGlobe podía acoger a
alrededor de 2.000 espectadores
El público acudía al teatro
pagando un precio variable según la comodidad del lugar en donde iban a ser
ubicados. La entrada más barata exigía estar de pie y expuesto a los cambios
meteorológicos; las más caras generalmente eran compradas por la nobleza. La
zona más alejada, llamada ‘cielo’, era ocupada por los comerciantes, la
aristocracia e incluso por la reina Isabel, que, de incógnita, presenciaba las
obras, ya que amaba el teatro.
Las obras se representaban
generalmente en los meses más cálidos, ya que una zona estaba al aire libre. Se
hacían en las primeras horas de la tarde, para que la luz del sol pudiera
entrar; los teatros no tenían techo.
No había, prácticamente, escenografía:
sólo algunos accesorios o paneles. Los lugares en donde iba ocurriendo la obras
se describían en ella, o se pasaba un cartel que indicaba cuándo había un
cambio de espacio. Es por esto que las localizaciones cobraban vida más que
nada en la mente del público. Debido a ello, la palabra, es decir, cómo el
actor interpretaba a su personaje, era de vital importancia. Muchas veces se
recurría a la sobreinterpretación en lenguaje, gesticulación y llamativa
vestimenta.
En un principio, la condición social
de los cómicos, en especial de la de los más humildes, no se distinguía
fácilmente de la de un vagabundo o un mendigo. Con el tiempo, sin embargo,
gracias a la apertura de los nuevos teatros, los actores de época isabelina
fueron alcanzando mayor consideración social.
El oficio de autor dramático no
estaba bien remunerado y todos los derechos sobre las obras pasaban a poder de
las empresas que las representaban. El nombre del autor sólo se mencionaba (y
frecuentemente con inexactitud) dos o tres años más tarde. Los escritores no
disfrutaban, pues, del fruto de su trabajo, a menos que poseyeran
acciones en la compañía, como era el caso de Shakespeare.
En cuanto a los actores, todos
ellos eran hombres: las mujeres no podían actuar. En su lugar, adolescentes, o
incluso nuños, interpretaban su papel. Generalmente, los actores se reunían en
grupo y eran patrocinados por un noble. Este grupo llevaba el nombre del noble
que lo patrocinaba. Así surgieron compañías como The Hudson Men (luego Lord
Chamberlain’sMen), TheAdmiral’sMen, y TheQueen’sMen.
En las obras generalmente se
usaba el verso, y también se intercalaba la prosa. En ellas se mezclaban:
tragedia, comedia y distintas tramas, convivían personajes de la realeza con
los de las clases bajas, había música y danza, batallas y violencia. Los temas
de las tragedias generalmente eran históricos.
El teatro inglés estaba basado en
el teatro medieval y en las exigencias del público. Era un teatro en donde
confluyeron la tradición popular medieval y la experiencia colectiva y social.
A su vez, fue enriquecido por el Humanismo. Gracias a esta corriente, en ésta
época el hombre pasó a ocupar el centro de todas las cosas: hubo una gran
individualización. En todo esto podemos ver que el teatro isabelino tiene tanto
características renacentistas como barrocas.
Tras la muerte de Isabel I. en
1603, y el ascenso al trono de Jacobo I comienza para Inglaterra un período de
fuerte crisis, que marcará el ocaso de una dinastía de los Tudor. Esto se
reflejó en el teatro, que se volvió más oscuro y siniestro.
Shakespeare en el marco del
teatro isabelino
Todo este gran desarrollo que se
dio del género dramático y de la representación teatral en la época isabelina,
fue el marco en donde William Shakespeare creó sus obras, y llegó a ser el
dramaturgo más destacado de la época. William Shakespeare supo sacarle todo el
provecho posible a esta influencia y, con ella, transformar al teatro,
recuperando la profundidad y grandiosidad de un teatro clásico que se había
perdido en la época medieval. Lo hizo, además, de una forma verdaderamente innovadora,
pues rompió para siempre con las unidades clásicas del espacio, el tiempo y la
acción. Se inspiró en autores latinos y británicos, hizo uso de la violencia y
de la magia, sacó todo el provecho a los nuevos escenarios isabelinos y jugó
con sus personajes alterando la tradicional preponderancia del protagonistas
durante toda la obra.
En 1950, tal vez en colaboración
con Marlowe, estrenó la primera parte de las tres de Enrique VI. Finalizando el
siglo, se estableció en el teatro “TheGlobe” y en los años siguientes estrenó
Hamlet, King Lear y Macbeth. Fue considerado por la reina, el público y la
crítica como el primero de los autores dramáticos ingleses. Shakespeare
desarrolló todos los géneros, siguiendo siempre los gustos del público,
compuesto por los aristócratas y burgueses de Londres.
El teatro isabelino se
caracterizó por los distintos niveles en los que gira la trama: se mezclan lo
trágico, lo cómico, lo sobrenatural, lo real y lo fantástico. Esto en
Shakespeare se puede observar de una manera muy clara. En la estructura de sus
obras siempre aparecen puntos en compón: hay un héroe que ocupa el centro de
los acontecimientos, y sus problemas llevan a otros sucesos. Pero ellos no son
los únicos importantes, sino que hay otros personajes de igual grandeza. A su
vez, se pueden observar los distintos niveles en los que gira la trama gracias
a los sucesos que les ocurren a los personajes. Ellos viven distintas
experiencias, a las que llegaron por la venganza, los celos, la ambición, la
envidia.
A veces, se caracterizan por una
expresión muy rica en imágenes, utilizando tanto prosa como verso. Esto fue así
porque, por las condiciones de la escena isabelina, Shakespeare tuvo que atraer
la atención del espectador con un cambio constante de los movimientos
escénicos. Y para esto, lo que más utilizó fue la sorpresa dramática, es decir,
invertir la expectativa del público.
En las obras de Shakespeare no se
puede dejar de lado el trasfondo social en que fueron escritas. Era una época
cerrada, en donde los problemas del individuo eran inseparables de los
problemas del Estado. Pero gracias al Humanismo, y al proceso de
individualización, el hombre, por sí solo, comenzó a ser el centro de todas las
cosas. Shakespeare tuvo un período marcado por una profundización en su
individualidad como autor teatral.
Finalmente, en esta época también
se ve la presencia del bufón, un personaje importante porque a través de
él, el autor puede opinar sobre cuestiones polémicas. Su presencia en la obra
de Shakespeare fue ideal, ya que pudo criticar a la realeza, justificando esta
crítica en la incapacidad del personaje.
En conclusión, por todo lo aquí
dicho, se puede ver que Shakespeare no sólo perteneció al teatro isabelino,
sino que incluso fue su máximo representante, alabado por la reina
Isabel y por el pueblo, debido a la grandeza de sus obras.
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